PEQUEÑA ANTOLOGIA DE POEMAS DE NUESTRO MACHADO
·POESÍAS DEL CICLO DE SOLEDADES:
1.MI INFANCIA SON RECUERDOS DE UN PATIO DE SEVILLA
Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla
y un huerto claro donde madura el limonero;
mi juventud, veinte años en tierra de Castilla;
mi historia, algunos casos que recordar no quiero.
Ni un seductor Mañara ni un Bradomín he sido
-ya conocéis mi torpe aliño indumentario-;
mas recibí la flecha que me asignó Cupido
y amé cuanto ellas pueden tener de hospitalario.
Hay en mis venas gotas de sangre jacobina,
pero mi verso brota de manantial sereno;
y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina,
soy, en el buen sentido de la palabra, bueno.
Adoro la hermosura, y en la moderna estética
corté las viejas rosas del huerto de Ronsard;
mas no amo los afeites de la actual cosmética
ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar.
Desdeño las romanzas de los tenores huecos
y el coro de los grillos que cantan a la luna.
A distinguir me paro las voces de los ecos,
y escucho solamente, entre las voces, una.
¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera
mi verso como deja el capitán su espada:
famosa por la mano viril que la blandiera,
no por el docto oficio del forjador preciada.
Converso con el hombre que siempre va conmigo
-quien habla solo espera hablar a Dios un día-;
mi soliloquio es plática con este buen amigo
que me enseñó el secreto de la filantropía.
Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito.
A mi trabajo acudo, con mi dinero pago
el traje que me cubre y la mansión que habitó,
el pan que me alimenta y el lecho en donde yago.
Y cuando llegue el día del último viaje
y esté a partir la nave que nunca ha de tornar,
me encontraréis a bordo ligero de equipaje,
casi desnudo, como los hijos de la mar.
2.A UN OLMO SECO
Al olmo viejo, hendido por el rayo
y en su mitad podrido,
con las lluvias de abril y el sol de mayo
algunas hojas verdes le han salido.
¡El olmo centenario en la colina
que lame el Duero! Un musgo amarillento
le mancha la corteza blanquecina
al tronco carcomido y polvoriento.
No será, cual los álamos cantores
que guardan el camino y la ribera,
habitado de pardos ruiseñores.
Ejército de hormigas en hilera
va trepando por él, y en sus entrañas
urden sus telas grises las arañas.
Antes que te derribe, olmo del Duero,
con su hacha el leñador, y el carpintero
te convierta en melena de campana,
lanza de carro o yugo de carreta;
antes que rojo en el hogar, mañana,
ardas de alguna mísera caseta,
al borde de un camino;
antes que te descuaje un torbellino
y tronche el soplo de las sierras blancas;
antes que el río hasta la mar te empuje
por valles y barrancas,
olmo, quiero anotar en mi cartera
la gracia de tu rama verdecida.
Mi corazón espera
también, hacia la luz y hacia la vida,
otro milagro de la primavera.
3.HACIA UN OCASO RADIANTE
Hacia un ocaso radiante
caminaba el sol de estío,
y era, entre nubes de fuego, una trompeta gigante,
tras de los álamos verdea de las márgenes del río.
Dentro de un olmo sonaba la sempiterna tijera
de la cigarra cantora, el monorritmo jovial,
entre metal y madera,
que es la canción estival.
En una huerta sombría
giraban los cangilones de la noria soñolienta.
Bajo las ramas oscuras el son del agua se oía.
Era una tarde de julio, luminosa y polvorienta.
Yo iba haciendo mi camino,
absorto en el solitario crepúsculo campesino.
Y pensaba: A(Hermosa tarde, nota de la lira inmensa
toda desdén y armonía;
hermosa tarde, tú curas la pobre melancolía
de este rincón vanidoso, oscuro rincón que piensa!@
Pasaba el agua rizada bajo los ojos del puente.
Lejos la ciudad dormía
como cubierta de mago fanal de oro transparente.
Bajo los arcos de piedra el agua clara corría.
Los últimos arreboles coronaban las colinas
manchadas de olivos grises y de negruzcas encinas.
Yo caminaba cansado,
sintiendo la vieja angustia que hace el corazón pesado.
El agua en sombra pasaba tan melancólicamente,
bajo los arcos del puente,
como si al pasar dijera:
AApenas desamarrada
la pobre barca, viajero, del árbol de la ribera,
se canta: no somos nada.
Donde acaba el pobre río la inmensa mar nos espera.@
Bajo los ojos del puente pasaba el agua sombría.
(Yo pensaba: (el alma mía!)
Y me detuve un momento,
Preludio
Nos situa en el espacio
y en el tiempo.
paisaje con todos sus
componentes, plantas,
animales, "ocaso",
sonidos, elementos en
general de un lugar
apartado del casco
urbano.
una tarde de julio que la
califica de "luminosa y
polvorienta".
Cuerpo central:
monólogo interior de
Machado.
Sentimientos de
melancolía, de angustia,
de oscuridad que nos
quiere reflejar el autor
en su vida y en el
mundo.
Aparece la idea del
"agua", (la vida
transcurre para el autor,
"Pasaba el agua" y "el
agua clara corría"
Se puede entender que la
ciudad es el mundo y que
según Machado se
encuentra sumergido en
un sueño (propio del
poeta)en la tarde a meditarY
)Qué es esta gota en el viento
que grita al mar: soy el mar?
Vibraba el aire asordado
por los élitros cantores que hacen el campo sonoro,
cual si estuviera sembrado
de campanitas de oro.
En el azul fulguraba
un lucero diamantino.
Cálido viento soplaba
alborotando el camino.
Yo, en la tarde polvorienta,
hacia la ciudad volvía.
Sonaban los cangilones de la noria soñolienta.
Bajo las ramas oscuras caer el agua se oía.
4.El poerma que más nos ha gustado de Antonio Machado es "Mar triste":
"EL MAR TRISTE"
Palpita un mar de acero de olas grises
dentro los toscos murallones roídos
del puerto viejo. Sopla el viento norte
y riza el mar. El triste mar arrulla
una ilusión amarga con sus olas grises.
El viento norte riza el mar, y el mar azota
el murallón del puerto.
Cierra la tarde el horizonte
anubarrado. Sobre el mar de acero
hay un cielo de plomo.
El rojo bergantín es un fantasma
sangriento, sobre el mar, que el mar sacude...
Lúgubre zumba el viento norte y silba triste
en la agria lira de las jarcias recias.
El rojo bergantín es un fantasma
que el viento agita y mece el mar rizado,
el tosco mar rizado de olas grises.
·POESÍAS DEL CICLO DE CAMPOS DE CASTILLO:
1."EL RETRATO"
| «Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, | | |
| y un huerto claro donde madura el limonero; | | |
| mi juventud, veinte años en tierra de Castilla; | | |
| mi historia, algunos casos que recordar no quiero. | | |
| Ni un seductor Mañara, ni un Bradomín he sido | | |
| -ya conocéis mi torpe aliño indumentario-, | | |
| mas recibí la flecha que me asignó Cupido,
| | |
| y amé cuanto ellas puedan tener de hospitalario. | | |
| Hay en mis venas gotas de sangre jacobina, | | |
| pero mi verso brota de manantial sereno; | | |
| y, más que un hombre al uso que sabe su doctrina, | | |
| soy, en el buen sentido de la palabra, bueno. | | |
| Adoro la hermosura, y en la moderna estética | | |
| corté las viejas rosas del huerto de Ronsard; | | |
| mas no amo los afeites de la actual cosmética, | | |
| ni soy un ave de esas del nuevo gay-trinar. | | |
| Desdeño las romanzas de los tenores huecos | | |
| y el coro de los grillos que cantan a la luna. | | |
| A distinguir me paro las voces de los ecos, | | |
| y escucho solamente, entre las voces, una. | | |
| ¿Soy clásico o romántico? No sé. Dejar quisiera | | |
| mi verso, como deja el capitán su espada: | | |
| famosa por la mano viril que la blandiera, | | |
| no por el docto oficio del forjador preciada. | | |
| Converso con el hombre que siempre va conmigo | | |
| -quien habla solo espera hablar a Dios un día-; | | |
| mi soliloquio es plática con este buen amigo | | |
| que me enseñó el secreto de la filantropía. | | |
| Y al cabo, nada os debo; debéisme cuanto he escrito. | | |
| A mi trabajo acudo, con mi dinero pago, | | |
| el traje que me cubre y la mansión que habito, | | |
| el pan que me alimenta y el lecho en donde yago. | | |
| Y cuando llegue el día del último viaje, | | |
| y esté al partir la nave que nunca ha de tornar, | | |
| me encontraréis a bordo ligero de equipaje, | | |
| casi desnudo, como los hijos de la mar».
1.Machado conoció a Leonor en Soria, se casó pero ella falleció muy jovén.Machado le dedicó varios poemas:
a)"CAMPOS DE SORIA":I
Es la tierra de Soria árida y fría. Por las colinas y las sierras calvas, verdes pradillos, cerros cenicientos, la primavera pasa dejando entre las hierbas olorosas sus diminutas margaritas blancas.
La tierra no revive, el campo sueña. Al empezar abril está nevada la espalda del Moncayo; el caminante lleva en su bufanda envueltos cuello y boca, y los pastores pasan cubiertos con sus luengas capas.
II
Las tierras labrantías, como retazos de estameñas pardas, el huertecillo, el abejar, los trozos de verde obscuro en que el merino pasta, entre plomizos peñascales, siembran el sueño alegre de infantil Arcadia.
En los chopos lejanos del camino, parecen humear las yertas ramas como un glauco vapor ?las nuevas hojas? y en las quiebras de valles y barrancas blanquean los zarzales florecidos, y brotan las violetas perfumadas.
III
Es el campo undulado, y los caminos ya ocultan los viajeros que cabalgan en pardos borriquillos, ya al fondo de la tarde arrebolada elevan las plebeyas figurillas, que el lienzo de oro del ocaso manchan.
Mas si trepáis a un cerro y veis el campo desde los picos donde habita el águila, son tornasoles de carmín y acero, llanos plomizos, lomas plateadas, circuidos por montes de violeta, con las cumbres de nieve sonrosado.
IV
¡Las figuras del campo sobre el cielo!
Dos lentos bueyes aran en un alcor, cuando el otoño empieza, y entre las negras testas doblegadas bajo el pesado yugo, pende un cesto de juncos y retama, que es la cuna de un niño;
y tras la yunta marcha un hombre que se inclina hacia la tierra, y una mujer que en las abiertas zanjas arroja la semilla.
Bajo una nube de carmín y llama, en el oro fluido y verdinoso del poniente, las sombras se agigantan.
V
La nieve. En el mesón al campo abierto se ve el hogar donde la leña humea y la olla al hervir borbollonea.
El cierzo corre por el campo yerto, alborotando en blancos torbellinos la nieve silenciosa.
La nieve sobre el campo y los caminos, cayendo está como sobre una fosa. ![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgOxUipuVhAmKppXCl8r2wESiHycuvcZVgb3ncfZy4tIKTqrV4TeOj5eFL6RixDfoHzrEWvzVGSM4w7OOPAA1J20-bfPp0ExB0_VcYV0L9MGs9CcKLEv2IMELtYLB1AfCyNBk71dDOKCW72/s1600/leonorrr.jpg)
Un viejo acurrucado tiembla y tose cerca del fuego; su mechón de lana la vieja hila, y una niña cose verde ribete a su estameña grana.
Padres los viejos son de un arriero que caminó sobre la blanca tierra, y una noche perdió ruta y sendero, y se enterró en las nieves de la sierra.
En torno al fuego hay un lugar vacío y en la frente del viejo, de hosco ceño, como un tachón sombrío ?tal el golpe de un hacha sobre un leño?.
La vieja mira al campo, cual si oyera pasos sobre la nieve. Nadie pasa.
Desierta la vecina carretera, desierto el campo en torno de la casa.
La niña piensa que en los verdes prados ha de correr con otras doncellitas en los días azules y dorados, cuando crecen las blancas margaritas.
VI
¡Soria fría, Soria pura, cabeza de Extremadura, con su castillo guerrero arruinado, sobre el Duero; con sus murallas roídas y sus casas denegridas!
¡Muerta ciudad de señores soldados o cazadores; de portales con escudos de cien linajes hidalgos, y de famélicos galgos, de galgos flacos y agudos, que pululan por las sórdidas callejas, y a la medianoche ululan, cuando graznan las cornejas!
¡Soria fría! La campana de la Audiencia da la una. Soria, ciudad castellana ¡tan bella! bajo la luna.
VII
¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, obscuros encinares, ariscos pedregales, calvas sierras, caminos blancos y álamos del río, tardes de Soria, mística y guerrera, hoy siento por vosotros, en el fondo del corazón, tristeza, tristeza que es amor! ¡Campos de Soria donde parece que las rocas sueñan, conmigo vais! ¡Colinas plateadas, grises alcores, cárdenas roquedas!...
VIII
He vuelto a ver los álamos dorados, álamos del camino en la ribera del Duero, entre San Polo y San Saturio, tras las murallas viejas de Soria ?barbacana hacia Aragón, en castellana tierra?.
Estos chopos del río, que acompañan con el sonido de sus hojas secas el son del agua, cuando el viento sopla, tienen en sus cortezas grabadas iniciales que son nombres de enamorados, cifras que son fechas.
¡Álamos del amor que ayer tuvisteis de ruiseñores vuestras ramas llenas; álamos que seréis mañana liras del viento perfumado en primavera; álamos del amor cerca del agua que corre y pasa y sueña, álamos de las márgenes del Duero, conmigo vais, mi corazón os lleva!
IX
¡Oh, sí! Conmigo vais, campos de Soria, tardes tranquilas, montes de violeta, alamedas del río, verde sueño del suelo gris y de la parda tierra, agria melancolía de la ciudad decrépita.
Me habéis llegado al alma, ¿o acaso estabais en el fondo de ella?
¡Gentes del alto llano numantino que a Dios guardáis como cristianas viejas, que el sol de España os llene de alegría, de luz y de riqueza!
b)«Soñé, sencillamente, que me casaba contigo (...) Mi estado de espíritu era, en esta ocasión, de una alegría rebosante, todo lo contrario de lo que fue, en mis nupcias auténticas. La ceremonia fue entonces, para mí, un verdadero martirio. Y, ahora, salía yo contigo, del brazo, lleno de alegría y de orgullo. Se diría que, en el sueño, tomaba yo el desquite de nuestro secreto amor, pregonándolo a los cuatro vientos... El resto del sueño, no te lo puedo contar. Es demasiado feliz, aun para contarlo».
Este poema es parte de uno de los poemas que Machado le dedica a su amada difunta.
c)"EL CRIMEN FUE EN GRANADA"
Se le vio, caminando entre fusiles, por una calle larga, salir al campo frío, aún con estrellas de la madrugada. Mataron a Federico cuando la luz asomaba. El pelotón de verdugos no osó mirarle la cara. Todos cerraron los ojos; rezaron: ¡ni Dios te salva! Muerto cayó Federico —sangre en la frente y plomo en las entrañas— ... Que fue en Granada el crimen sabed —¡pobre Granada!—, en su Granada.
2. El poeta y la muerte
Se le vio caminar solo con Ella, sin miedo a su guadaña. —Ya el sol en torre y torre, los martillos en yunque— yunque y yunque de las fraguas. Hablaba Federico, requebrando a la muerte. Ella escuchaba. «Porque ayer en mi verso, compañera, sonaba el golpe de tus secas palmas, y diste el hielo a mi cantar, y el filo a mi tragedia de tu hoz de plata, te cantaré la carne que no tienes, los ojos que te faltan, tus cabellos que el viento sacudía, los rojos labios donde te besaban... Hoy como ayer, gitana, muerte mía, qué bien contigo a solas, por estos aires de Granada, ¡mi Granada!»
3.
Se le vio caminar... Labrad, amigos, de piedra y sueño en el Alhambra,
3.LAS FIESTAS MÁS POPULARES DE ANDALUCÍA
·Este poema de nuestro Machado es conocido como "La Saeta":
¡Oh, la saeta, el cantar al Cristo de los gitanos, siempre con sangre en las manos, siempre por desenclavar! ¡Cantar del pueblo andaluz, que todas las primaveras anda pidiendo escaleras para subir a la cruz! ¡Cantar de la tierra mía, que echa flores al Jesús de la agonía, y es la fe de mis mayores! ¡Oh, no eres tú mi cantar! ¡No puedo cantar, ni quiero a ese Jesús del madero, sino al que anduvo en el mar!
Esto habla de Andalucia , como muchos de sus poemas.
Habla de que los andaluces por tradició ,siempre o normalmente han(hemos)sido muy creyentes de el
Señor, o Dios.
Otro de los poemas que le decida nuestro Machado a Andalucía es :
Vino, sentimiento, guitarra y poesía, hacen los cantares de la patria mía... Cantares... Quien dice cantares, dice Andalucía.
A la sombra fresca de la vieja parra, un mozo moreno rasguea la guitarra... Cantares... Algo que acaricia y algo que desgarra.
La prima que canta y el bordón que llora... Y el tiempo callado se va hora tras hora. Cantares... Son dejos fatales de la raza mora.
No importa la vida, que ya está perdida. Y, después de todo, ¿qué es eso, la vida?...
Cantares... Cantando la pena, la pena se olvida.
Madre, pena, suerte; pena, madre, muerte; ojos negros, negros, y negra la suerte. Cantares... En ellos, el alma del alma se vierte.
Cantares. Cantares de la patria mía... Cantares son sólo los de Andalucía. Cantares... No tiene más notas la guitarra mía.
Este poema de Machado se basa en la fiesta típica de
Andalucía que se basa , en los cantares andaluces basados en guitarra y cante.
Esto es conocido como flamenco en nuestra tierra.
Machado , desde mi punto de vista piensa que no hay otro cantar parecido a los de Andalucía
, son cantares únicos de nuestra tierra.
4.PROBERVIOS Y CANTARES
·Uno de estos poemas habra sobre Dios y es conocido por el "Dios Ibero":
Igual que el ballestero tahúr de la cantiga, tuviera una saeta el hombre ibero para el Señor que apedreó la espiga y malogró los frutos otoñales, y un "gloria a ti" para el Señor que grana centenos y trigales que el pan bendito le darán mañana.
«Señor de la ruïna, adoro porque aguardo y porque temo: con mi oración se inclina hacia la tierra un corazón blasfemo.
»¡Señor, por quien arranco el pan con pena, sé tu poder, conozco mi cadena!
»¡Oh dueño de la nube del estío que la campiña arrasa, del seco otoño, del helar tardío, y del bochorno que la mies abrasa!
»¡Señor del iris, sobre el campo verde donde la oveja pace, Señor del fruto que el gusano muerde y de la choza que el turbión deshace,
»tu soplo el fuego del hogar aviva, tu lumbre da sazón al rubio grano, y cuaja el hueso de la verde oliva, la noche de San Juan, tu santa mano!
»¡Oh dueño de fortuna y de pobreza, ventura y malandanza, que al rico das favores y pereza y al pobre su fatiga y su esperanza!
»¡Señor, Señor: en la voltaria rueda del año he visto mi simiente echada, corriendo igual albur que la moneda del jugador en el azar sembrada!
»¡Señor, hoy paternal, ayer cruento, con doble faz de amor y de venganza, a ti, en un dado de tahúr al viento va mi oración, blasfemia y alabanza!»
Este que insulta a Dios en los altares, no más atento al ceño del destino, también soñó caminos en los mares y dijo: es Dios sobre la mar camino.
¿No es él quien puso a Dios sobre la guerra más allá de la suerte, más allá de la tierra, más allá de la mar y de la muerte?
¿No dio la encina ibera para el fuego de Dios la buena rama, que fue en la santa hoguera de amor una con Dios en pura llama?
Mas hoy... ¡Qué importa un día! Para los nuevos lares estepas hay en la floresta umbría, leña verde en los viejos encinares.
Aún larga patria espera abrir al corvo arado sus besanas; para el grano de Dios hay sementera bajo cardos y abrojos y bardanas.
¡Qué importa un día! Está el ayer alerto al mañana, mañana al infinito, hombres de España, ni el pasado ha muerto, no está el mañana ?ni el ayer? escrito.
¿Quién ha visto la faz al Dios hispano?
Mi corazón aguarda al hombre ibero de la recia mano, que tallará en el roble castellano el Dios adusto de la tierra parda.
·Otro de los poemas de este tipo habla de España,y es conocido como "El mañana efímero":
La España de charanga y pandereta, cerrado y sacristía, devota de Frascuelo y de María, de espíritu burlón y alma inquieta, ha de tener su marmol y su día, su infalible mañana y su poeta. En vano ayer engendrará un mañana vacío y por ventura pasajero. Será un joven lechuzo y tarambana, un sayón con hechuras de bolero, a la moda de Francia realista un poco al uso de París pagano y al estilo de España especialista en el vicio al alcance de la mano. Esa España inferior que ora y bosteza, vieja y tahúr, zaragatera y triste; esa España inferior que ora y embiste, cuando se digna usar la cabeza, aún tendrá luengo parto de varones amantes de sagradas tradiciones y de sagradas formas y maneras; florecerán las barbas apostólicas, y otras calvas en otras calaveras brillarán, venerables y católicas. El vano ayer engendrará un mañana vacío y ¡por ventura! pasajero, la sombra de un lechuzo tarambana, de un sayón con hechuras de bolero; el vacuo ayer dará un mañana huero. Como la náusea de un borracho ahíto de vino malo, un rojo sol corona de heces turbias las cumbres de granito; hay un mañana estomagante escrito en la tarde pragmática y dulzona. Mas otra España nace, la España del cincel y de la maza, con esa eterna juventud que se hace del pasado macizo de la raza. Una España implacable y redentora, España que alborea con un hacha en la mano vengadora, España de la rabia y de la idea.
·A nosotras los dos que más nos han gustado han sido : el "I" y el "V" :
I El ojo que ves no es ojo porque tú lo veas; es ojo porque te ve. |
V Entre el vivir y el soñar hay una tercera cosa. Adivínala.
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·POESÍAS DE ÚLTIMOS POEMAS:
1.Poema dedicado a Guiomar, uno de ellos, de tantos ,y estos son conocidos como "poemas canciones a Guiomar":
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgasejIomCID7xA3HNd-iWGM-G9oUahGgg8DcQkyHp5jSBs9XrcLG93zoIinh3vSPJX0vHHZVQQ7ieDpHj01nXeifUKYMDAbvI4nrOUbBPgG76MJn9yhNfC7lnWJPC0o5zBG_Fb4DsvxB92/s1600/guiomar.jpg)
En un jardín te he soñado,
alto, Guiomar, sobre el río,
jardín de un tiempo cerrado
con verjas de hierro frío.
Un ave insólita canta
en el almez, dulcemente,
junto al agua viva y santa,
toda sed y toda fuente.
En ese jardín, Guiomar,el mutuo jardín que inventan
dos corazones al par,
se funden y complementan
nuestras horas. Los racimos
de un sueño -juntos estamos-
en limpia copa exprimimos,
y el doble cuento olvidamos.
(Uno: mujer y varón, Guiomar
aunque gacela y león,
llegan juntos a beber.
El otro: no puede ser
amor de tanta fortuna:
dos soledades en una,
ni aun de varón y mujer.)
·Poema que le dedico nuestro Machado a un escritor algo menor que el , como lo fue Juan Ramón Jiménez, y este le dedicó el poema conocido como:"Arias Tristes" que proviene de su libro. :
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhVCWUQrXMac830EwIX7VMZ8Esf4U0eD8L2FfTKUVjnJ9WpdJ05D2d-DqZtHCsHtWLqpoqPl8aDsclQ5JVmk1bN43TazN3439dqk8FEOFbA50AjtvddAW0hUAcvp1Zz7zihyK5qtaZArhg2/s1600/juan.jpg)
Era una noche del mes de mayo, azul y serena. Sobre el agudo ciprés brillaba la luna llena, iluminando la fuente en donde el agua surtía sollozando intermitente. Sólo la fuente se oía.
Después, se escuchó el acento de un ocultó ruiseñor. Quebró una racha de viento la curva del surtidor.
Y una dulce melodía vagó por todo el jardín: entre los mirtos tañía un músico su violín. Juan Ramón Jiménez Era un acorde lamento de juventud y de amor para la luna y el viento, el agua y el ruiseñor.
«El jardín tiene una fuente y la fuente una quimera...» Cantaba una voz doliente, alma de la primavera.
Calló la voz y el violín apagó su melodía. Quedó la melancolía vagando por el jardín. Sólo la fuente se oía. |